Llegó el momento de retomar el camino, mas me preguntó, ¿volveré a encontrarme con un cadáver exquisito?, ¿volverá ese hombre a ser parte de mi vida? ¿Con quién me toparé ahora? Llegó la noche, llueve y siento miedo, miedo al pensar que aunque habitamos un mismo espacio, cada uno tiene uno propio, ¡SÍ!, un mundo al que es imposible penetrar, ¿acaso me enseñaste algo? Cuantas preguntas sin respuesta... cuanta zozobra....
¿Qué hemos creado? Vaya aventura... la mujer agonizante invirtió su historia, ¿habrá muerto?, quizá... Nos pasa a todos, todo llega a su fin.
¿El cadáver exquisito?, cierto, ¿qué habrá ocurrido con él?, ¿en qué lo convertimos?, ¿acaso fue víctima de nuestras contrariedades? Posiblemente... O quizá se convirtió en uno de esos cadáveres risibles que andan por ahí...